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Dios no está callado: Él ve y juzgará

todayjuin 4, 2025 3 1

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¡Mi gente querida de Santiago de los Caballeros, de toda la República Dominicana y del mundo entero, ustedes que escuchan fielmente LouangeFM! Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo y la conciencia de Su santidad descansen sobre cada uno de ustedes en esta noche del miércoles 4 de junio de 2025. Aquí Ludovic.

Mis amados hermanos y hermanas de LouangeFM, reciban un saludo lleno de paz y de gracia, pero también un llamado solemne a la vigilancia. Hoy, mientras este día ya se va acabando, es más que importante, es vital, que nos sacudamos esa modorra espiritual, que abramos bien los ojos de nuestro entendimiento a una verdad que muchas veces ignoramos o que a propósito dejamos de lado: que Dios parezca estar callado frente a ciertas situaciones, frente a nuestras vidas, no quiere decir que Él esté ausente, que no le importe o que esté de acuerdo. Él está ahí, en todas partes, sabiéndolo todo. Él ve todo, Él sabe todo, y el tiempo de Su juicio ya arrancó. No dejemos nunca que Su aparente silencio sea una excusa para nuestro descuido, nuestra negligencia o nuestro relajo con las cosas de Dios.

Dios no está callado: Él ve todo y juzgará. Reflexión Salmo 50:21 y 1 Pedro 4:17. Llamado al arrepentimiento y preparación. #JuicioDeDios #Arrepentimiento #LouangeFM #VerdadBíblica

Escuchemos primero el regaño divino en el Salmo 0, versículo 21: «Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos.»

Y meditemos también sobre esta advertencia del apóstol Pedro en 1 Pedro 4, versículo 17: «Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?»

En este Salmo 50, que tiene una fuerza tremenda, Dios le habla a Su pueblo. No les echa en cara la falta de ofrendas o de rituales religiosos, porque en eso quizás eran hasta celosos. No, Él los reprende con fuerza por su hipocresía descarada y su vida de pecado escondida, su desobediencia a Su pacto a pesar de sus apariencias de gente piadosa. Ellos hacían lo malo pensando que Dios, en Su silencio, era igualito a ellos, que toleraba o hasta aprobaba su conducta.

Ese silencio de Dios, mis hermanos y hermanas, nunca es que Él esté de acuerdo con el mal. Es mucho más a menudo una muestra de Su gracia que Él da por un tiempo, un chancecito que Él espera con misericordia, un compás de espera que Él concede para empujar al arrepentimiento (Romanos 2:4). Pero la Escritura es clarísima: ese tiempo de paciencia tiene un final. Vendrá un día en que Él va a sacar todo al sol, todo delante de nuestros ojos y los ojos del universo. Nada, absolutamente nada, se Le escapa: ni nuestras acciones más secretas, ni nuestros pensamientos más íntimos, ni las motivaciones escondidas de nuestros corazones.

Y el apóstol Pedro viene a reforzar esta advertencia de una manera que debe hacernos temblar y examinarnos: el juicio comienza por la casa de Dios (1 Pedro 4:17). Esto significa que nosotros, que nos llamamos creyentes, que llevamos el nombre de Cristo, que quizás hemos sido bautizados en Su nombre, seremos los primeros en pasar por el colador de Su justicia. Eso no es una amenaza pa’ aplastarnos, sino un aviso con amor para despertarnos, para empujarnos a una santificación de verdad, a un arrepentimiento auténtico que no se conforma con una fachada religiosa. El verdadero arrepentimiento se manifiesta por un abandono del pecado y un caminar nuevo en obediencia a toda la voluntad de Dios, incluyendo el reconocimiento y la santificación de Sus tiempos sagrados.

 Oración Edificante: Padre celestial, Tú que ves en lo secreto, Tú cuyos ojos recorren toda la tierra, venimos ante Tu santa presencia con corazones rotos y conscientes de nuestra fragilidad. Perdónanos nuestro frecuente descuido espiritual, que se nos olvida Tu santidad tremenda y la certeza de Tu juicio. Perdónanos las veces que hemos tomado Tu silencio como una aprobación de nuestros caminos torcidos. Nos arrepentimos hoy, sinceramente, de toda hipocresía, de todo pecado escondido, de toda tibieza. Te suplicamos que nos purifiques con la sangre del Cordero, que renueves en nosotros un espíritu bien dispuesto, un corazón que Te ame y Te tema de verdad. Ven a tocar al que todavía duda de Tu presencia y de Tu juicio, despierta a la que está durmiendo espiritualmente, salva a aquel o aquella que está al borde del hoyo, atraído por los engaños del mundo. Por tu Hijo amado Jesucristo, que nuestros corazones sean completamente reconciliados Contigo, y que nuestros nombres, lavados y purificados, estén inscritos y permanezcan para siempre en el Libro de la Vida. Amén.

Hermanos y hermanas, queridos oyentes, ¡no endurezcan sus corazones frente a este llamado! El regreso de Jesús está cerca, más cerca que nunca. Esto no es un eslogan para meter miedo, es una verdad bíblica fundamental que debe moldear nuestra manera de vivir cada día. Él vendrá para juzgar a vivos y muertos, y cada uno de nosotros recibirá según sus obras, según la fidelidad o infidelidad de su caminar. Pero la buena noticia es que ¡no es demasiado tarde HOY, en esta noche! Si escuchas este llamado en lo más profundo de tu ser, si el Espíritu de Dios te convence de pecado, de justicia y de juicio: arrepiéntete sinceramente, abandona tus ídolos y tus pecados secretos. Bautízate en el nombre del Señor Jesucristo para el perdón de tus pecados, como enseña la Escritura, y recibirás el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38), ese poder divino para vivir una vida nueva.

Porque el Apocalipsis nos advierte solemnemente que solo aquellos cuyos nombres están inscritos في el Libro de la Vida del Cordero entrarán en el Reino eterno de Dios (Apocalipsis 20:15; Apocalipsis 21:27). No esperes a mañana para poner tu vida en regla con Dios. Porque el mañana nadie te lo aseguró. La hora de la gracia es AHORA.

Para profundizar en estos temas vitales, visiten www.alabanzafm.do y consulten nuestros recursos sobre:

  • « ¿El Silencio de Dios: Paciencia o Preludio al Juicio? »
  • « El Juicio que Comienza por la Casa de Dios: ¿Estamos Listos? »
  • « Arrepentimiento, Bautismo, Don del Espíritu Santo: Las Claves de la Salvación Hoy »

¡Que el temor del Eterno, que es el principio de la sabiduría, los guíe hacia una vida de santidad y preparación!

Ludovic REMAN

Écrit par: Ludo

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