Ver a Dios de espaldas

mai 14, 2025 5

Mis queridos oyentes de LouangeFM, aquí en la República Dominicana y dondequiera que la gracia de Dios los alcance en este. Aqui Ludovic. En este miércoles 14 de mayo de 2025, mientras continuamos nuestra marcha en esta tierra, nuestros corazones a menudo anhelan, consciente o inconscientemente, una comunión más profunda con nuestro Creador, una manifestación más tangible de Su presencia. Hoy, vamos a profundizar en un pasaje bíblico de una riqueza y profundidad extraordinarias, que nos habla de este ardiente deseo de ver a Dios y de la manera en que Él se revela a nosotros.

Permítanme leerles este poderoso pasaje: Éxodo 33:20-23 – “Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña. Y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Pero la respuesta divina, impregnada de una sabiduría y una ternura infinitas, establece un límite sagrado: « No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. » Comprendan bien, esto no es un rechazo motivado por falta de amor o una distancia deseada. Es, por el contrario, un acto de gracia suprema, una protección divina. Dios protege a Moisés, Su siervo amado, de la gloria insoportable, devoradora, de Su santidad absoluta. Porque nuestro Dios no es un simple monarca terrenal, ni un concepto filosófico o un símbolo espiritual abstracto. ¡Él es Santo, tres veces Santo! De una pureza tan resplandeciente, tan absoluta, que consume instantáneamente todo lo que está manchado por el pecado.

Y sin embargo… en esta misma imposibilidad, Dios hace un lugar. Manifiesta Su misericordia. Designa un lugar específico: « He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña. » Crea un refugio divino, una « hendidura de la peña ». Cubre a Moisés con Su propia mano protectora mientras Su majestad desfila. Y permite a Moisés ver Sus espaldas – ¡qué imagen poética y poderosa para describir una percepción de la gloria divina! No la confrontación directa con la esencia insoportable de Dios, sino la huella de Su gloria, la remanencia de Su presencia majestuosa tras Su paso.

¡Qué lección extraordinaria para nosotros hoy, en 2025!

🔹 Nosotros también, en nuestros corazones, deseamos ardientemente ver a Dios más claramente, comprender Sus caminos a veces misteriosos, sentir Su mano dirigir nuestras vidas. Pero a menudo, Su presencia se nos revela no en manifestaciones deslumbrantes y directas que nos abrumarían, sino en las huellas sutiles y sin embargo tan reales que Él deja tras de Sí. Es muy a menudo después, mirando hacia atrás, que nos damos cuenta con asombro de que Él estuvo allí: en ese evento que parecía fortuito, en esa palabra recibida en el momento justo, en esa liberación inesperada, en esa paz que guardó nuestro corazón en medio de la tormenta.
🔹 La hendidura de la peña… ¿No es acaso una imagen magnífica de Cristo Mismo, la Roca de los siglos, herida por nosotros? Es en Yashua, nuestro Señor, que estamos escondidos, protegidos para sobrevivir a la justa gloria de Dios que condena el pecado. Es en Él que encontramos un refugio seguro y permanente. Es por Él, por Su sacrificio y Su intercesión, que podemos acercarnos al Dios Santo sin ser consumidos por Su santidad.
🔹 Y sobre todo, amigos míos, este pasaje nos llena de una esperanza gloriosa. Nos recuerda que una revelación total, cara a cara, aún está por venir. Un día maravilloso, según la promesa de Apocalipsis 22:4, los redimidos « verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. » Lo que Moisés no pudo contemplar en su plenitud en la tierra, nosotros lo veremos, no por nuestro propio mérito, sino por la pura gracia del Cordero que quitó el pecado del mundo.

Oración: Padre Santo, Tú cuya gloria infinita sobrepasa todo lo que la mente humana puede concebir o imaginar, te bendecimos por Tu temible santidad y, al mismo tiempo, por Tu gracia insondable que nos permite subsistir ante Ti. Gracias por habernos preparado un refugio en la Roca que es Yashua, Tu Hijo amado, para que podamos estar cerca de Ti, disfrutar de Tu comunión, sin ser consumidos. Señor, aunque hoy solo veamos la parte posterior de Tu gloria, como una estela luminosa tras Tu paso, aunque Tu plan para nuestras vidas nos parezca a veces velado y difícil de comprender, tenemos esta certeza inquebrantable de que Tú has pasado, que Tú estás presente, que Tú actúas. Enséñanos a discernir Tu huella en nuestra vida cotidiana, a seguirte fielmente en obediencia amorosa a toda Tu Palabra y por la fe, y a esperar con una esperanza gozosa y activa el día glorioso en que veremos finalmente Tu rostro resplandeciente. Prepáranos para ese momento, Señor. Santifícanos enteramente. En el nombre precioso y salvador de Yashua, amén.

Llamado Final al Compromiso Espiritual: Mis amados, aunque hoy no podamos ver el rostro de Dios en Su plenitud, podemos ver las huellas de Su amor y Su poder a nuestro alrededor y en nuestras vidas. Busquen esas huellas divinas. Estén atentos a Su voz suave y sutil. Refúgiense cada día en la « hendidura de la Roca », en Cristo Jesús, para encontrar seguridad, perdón y fortaleza. Y vivan en obediencia a Su voluntad revelada, una obediencia que se manifiesta por el amor a Dios y al próximo, y por el respeto a todos Sus preceptos sagrados, incluyendo Sus tiempos de reposo y comunión con Él, pues es caminando así que nos preparamos para Verle cara a cara. ¡Que la esperanza de este encuentro futuro ilumine su camino diario!

Para profundizar en esta meditación, no duden en consultar los artículos en nuestro sitio web www.alabanzafm.do: